domingo, 11 de enero de 2015

Ilusiones

Hoy me toca escribir sobre lo que pasa por mi cabeza, lo que ronda desde hace varios años, sobre recuerdos borrosos, frases ya dichas y muchas que todavía quedan por decir.
Volviendo atrás, a días de pasillo, a días de tristeza. Que no los que lloran son los más débiles, no siempre. 
Volviendo hace siete u ocho años en mi pasado. Atrás en el tiempo pero presentes a día de hoy.

Toca escribir sobre lo que nos ronda en la mente, sobre los motivos de los enfados acabados en lágrimas ya derramadas, a pesar de que muchas fueran aguantadas por orgullo, por mantenerse firme,
mantenerme firme. La niña de seis años que ve pero no entiende, que escucha sin comprender y ayuda sin tener conceptos. Mil preguntas sin respuesta que a día de hoy siguen en blanco,
y seguirán.

Toca hacerlo, no me preguntes las razones.
Quiero plasmar lo que nunca ha salido por la boca y de lo que me encargaré que nunca salga. 
De eso que uno siente cuando ve que el mundo se le desmorona al otro lado de la pared. La disimulación es la mejor reacción a las preguntas arduas pero también es a su vez la más
cobarde. 

No el ser de edades inferiores nos hace menos sabios. Sabia es la persona que ve, escucha, comprende y sabe como reaccionar. Al menos para mí. 

A veces toca repetir mil veces las mismas frases, aclarar las mismas dudas y resolver los mismo problemas para llegar a comprender con mayor precisión de lo que tratamos. Escribo todo esto porque me gustaría que alguien lograra entender que porque disimule, porque no cuente, porque no trate ese tema, yo también lo siento.

También siento la misma tristeza que los ojos de una de mis mayores referentes en mi vida, por no decir que casi es la mayor de todas. Siento el vacío detrás de su mirada, y los sueños que nunca reposan sobre su almohada fría en invierno esperando a involucrarse en los sueños nocturnos para poder hacerlos realidad.
Y sigo esperando a que un día pase, sigo esperando escribiendo todas mis palabras. Esperando a que un día se levante con un sueño, que la haga feliz. La llene.

Esperando a que tenga metas, a que luche en todas las batallas como un día tuvo que enseñar a luchar a una de las que hoy escribe sobre ella. Y creo, que si un día decides ser feliz, por muy difícil que sea puedes conseguirlo. 
Porque para mí, la felicidad está bajo la funda que cubre su almohada fría, en el relleno de ésta, junto con sueños. Cumplidos o sin cumplir. 

Sabe, que siempre va a tener una mano a la que agarrarse, y con la que cruzar, lo que viene siendo, su meta.

Y doy fin a esto, esperando a que se impulse antes de tocar suelo en el pozo, antes de que el agua llegue a sus pulmones. Ahí, ya no habrá vuelta atrás y los sueños habrán sido simplemente ilusiones nunca cumplidas...

jueves, 8 de enero de 2015

Lluvias y tormentas

Unos tienen miedo, otros adoran.
Unos pintan de colores los dibujos mientras que hay otros que lo dejan a lápiz.

Al igual, unos quieren, y otros, no tanto.
Escribo sobre el amor, sí, sobre esa persona que crea una pequeña tormenta de sentimientos en tu barriga cuando pasa y deja el olor de su colonia según su rastro...

Escribo, por que a veces encuentras sin buscar o buscas y no encuentras. A veces,te la cruzas y te giras por que esa pequeña tormenta acaba de ocurrir,de repente, como el corto circuito que hizo arder a noche mi mente de tanto pensarle.

Me gustaría que empezara a llover mientras nos besábamos pero solo acabaríamos empapados de agua, sin más. También querría tenerte siempre pero ambos sabemos que no todo es así. 

Aunque bueno, no hay imposibles. Ahí lo dejo. Ahí te lo dejo.


...buenas tardes, tormenta...

martes, 6 de enero de 2015

A secas.

Te amo.
A secas.
Desde la T hasta la O.
Sin peros. Sin por qués.
Sin puntos ni comas.
Te amo en el sentido más inocente de la palabra.
Pero también voy a llegar a amarte en el más salvaje de ésta.
Empiezo a amarte en la T.
Y en la E ya estoy enamorada.
Pero bueno, que de momento te amo.
A secas.

lunes, 5 de enero de 2015

Ganar besos, perderte a ti.

Estoy sentada en el rincón de mi habitación...o tal vez esté de pie pero el cansancio no me deje percibir esa sensación. Escribo, no se por que motivo, quizás sea por que no pude pegar ojo debido al insomnio que me provoca.

Observo por la ventana como el cielo está más azul que todo los días pasados del verano, me alegra saber que Invierno también puede ser alegre. 

Las nubes batallan con los rayos de sol que le atraviesan sin cesar igual que yo batallaba con tus besos...primero guerras y ya después te iba pidiendo una...dos...hasta tres tregüas. ¿Qué ha sido de todo eso? Puedo entender que Verano e Invierno no se parezcan, que sean de dos distintos azules. Pero yo quiero las mismas para luchar por sus besos y como premio, ganarle.

sábado, 3 de enero de 2015

Besos, en la frente.

Vamos a ver como le repito que necesito sus besos para perderme, o más bien los necesito para salir adelante.
Que necesito observarle desde la cima más alta de su nuca para poder mirar con detenimiento las clavículas que he besado delicadamente esas veces que se enfadas por todos los besos robados que le quité.

Me gustaría deslizar las yemas de mis dedos sin fronteras por su espalda, contando una a una las vertebras, deslizándome como si se tratara de una montaña rusa en el parque de atracciones de mi cama. Necesito más besos de esquimales pero sin incluir el frío. 

Vamos a ver como le vuelvo a recordar por última vez que los besos en la frente me matan, que sus labios humedecidos por el lado izquierdo de mi cuello es  como una arma letal, de amor.

Ojalá pudiera entender que si le robo besos es por que le pediré de rescate muchos más y que quiero más de una arma letal, 
quiero nuestra arma.

Mañana, ya si eso..

Mañana podemos besarnos debajo del olivo que representa Vigo. O en el puerto con el mayor trasatlántico saliendo de el. 
O mejor tomamos un chocolate caliente en Valor, que empieza a hacer frío y luego nos vamos a Príncipe de compras que está muy
bonito éstas navidades.

Pasado podríamos ir a la playa a caminar sobre la arena fría y observar con detenimiento como los amantes de la vela
salen a surcar la ría a pesar de que el agua esté más congelada que el granizado de la niña del vestido gris y el gorro rojo
que nos observa a lo lejos. También podíamos perdernos por las murallas del castillo del Castro o no, no perdernos.

Ayer nos besábamos debajo de la farola al lado de tu casa, estaba a punto de fundirse. Y se acabó fundiendo.
Cada vez hacía más frío y la nariz comenzaba a ponerse roja a medida que las horas pasaban por tu reloj. Yo no suelo llevar por
no decir que nunca llevo. No me agradan.

Y a ver si para la semana cogemos un barco a las Cíes para estar solos, o lo cogemos sin rumbo. Y nos perdemos juntos.